viernes, 23 de septiembre de 2011

Texas elimina la comida especial para los condenados el día de la ejecución

No vamos a descubrir nada nuevo si constatamos que el reparto de la justicia va íntimamente ligado a los posibles económicos de los individuos juzgados. Eso es cierto en cualquier lugar y época histórica. Incluso hoy en día, en los que todos somos iguales ante la ley -gran progreso, sin ironías- unos pueden poner sobre el tapete verde de la justicia mas fichas que otros que, aunque teniendo mejores cartas, no pueden igualar las apuestas en forma de abogados, recursos, investigadores y demás accesorios que vienen bien para ser absueltos.

Cuando se trata de la pena de muerte, esta injusticia inherente a todos los sistemas judiciales es, si cabe, mas sangrante. Y disculpen el juego de palabras.

No vamos a debatir ahora el sentido de la pena de muerte. Solo poniendo en un listado a los paises del mundo que la mantienen aún, se califica el nivel moral al que cae la democracia norteamericana. Solo constato que en los USA es mas fácil ser culpable si eres negro o latino que si eres blanco. Las minorías no lo son tanto en las cárceles. Curiosa paradoja. Será porque no tienen los mismos dineros para la defensa, porque los jurados le tienen mas tirria o, simplemente, son peores ciudadanos, yo que sé...

La pena de muerte en determinados estados de los USA, tiene cierta tradición en ejecutar a menores cuando cometieron el delito, enfermos mentales, subnormales y demás colectivos que, en otros estados mas liberales de Norteamérica, conmoverían al mas pintado. De igual forma, en los estados que tienen la pena capital en su legislación, el que un Gobernador conmute una pena de muerte, es signo de intolerable debilidad.

Así que, agárrese los machos aquel que tiene esperanzas de clemencia en periodos electorales...

Esta última noticia es encantadora: la última cena es un privilegio inadmisible para alguien que ejecutarán poco después de su digestión.

Supongo que aquellos que han defendido una cena especial, pasarán por pusilánimes y débiles ante el crimen... eso sí, de controlar mínimamente a los vendedores de pistolas, mejor no hablemos. Es un sacrosanto derecho constitucional.

Texas está gobernada por un republicano que, por lo que se ve, está orgulloso de su récord. Se postula como uno mas de la caterva de candidatos republicanos a Presidente de los USA. Está claro como se está trabajando la carrera presidencial:

Rick Perry, el gobernador con más ejecuciones en su conciencia

El dirigente republicano del estado de Texas ha firmado 234 condenas, 82 más que el ex presidente George W. Bush

"Apruebo la pena de muerte sin que me tiemble el pulso y sin que me quite el sueño, porque estoy cumpliendo la ley".



Ser un negro condenado a muerte en Texas, que depende de la clemencia de un gobernador empeñado en poner su nombre junto al récord en la maquinita de matar condenados, no es un panorama envidiable, reconozcámoslo. Una carrera presidencial es algo demasiado serio para entorpecerla con un negro condenado al que le indultan, ni con doscientos. Lo primero es lo primero.
El lumbreras que considera que es un exceso ponerles a los condenados la cena del condenado, es un venerable anciano demócrata. De los civilizados demócratas. Fiscal para mas señas. Queda claro que para rascar votos en Texas hay que mancharse de alguna forma con la sangre de los condenados, aunque no se tengan responsabilidades de Gobernador, algo así como la salsa BBQ que no debe faltar en ninguna celebración tejana. Faltaba más...

Para mí la cena del condenado a muerte descubre mas sobre la naturaleza humana que todos los libros de psicología que he leído, que son unos cuantos. Podría ser el título de una obra de Sartre o Camus, pues muestra de forma elegante y en pocas palabras lo absurdo del comportamiento humano: se come para saciar el hambre del momento, puntual,  no para alimentarse, pues no hay futuro.

El condenado sabe que va a morir en breve, que esos alimentos apenas llegarán a formar parte de sus moléculas, que hasta podría comer algo que le haga daño con tal de que no se lo haga dentro del puñado de horas que le restan. Que la finalidad última del alimento -mantenerse vivo- no se cumplirá. Que solo le queda el placer puntual de la comida elegida a capricho.

Y, encima, sin poder fumarse un último cigarrillo, pues en los edificios oficiales está prohibido fumar. Incluido aquel que recibirá un cóctel mortal y -presuntamente- indoloro de sustancias.

Porque fumar es malo para la salud, incluida la del reo.



http://www.elmundo.es/america/2011/09/23/estados_unidos/1316731046.html

Texas elimina la comida especial para los condenados el día de la ejecución

Dos personas se manifiestan en los exteriores del Departamento de Justicia Criminal de Texas. | AP Dos personas se manifiestan en los exteriores del Departamento de Justicia Criminal de Texas. | AP
El estado de Texas (EEUU) decidió eliminar desde este jueves la comida especial que ofrecía a los condenados a muerte el día de su ejecución, tras las quejas de un senador sobre lo que consideraba un "privilegio extremadamente inadecuado".
El director ejecutivo del Departamento de Justicia Criminal de Texas, Brad Livingston, explicó en un comunicado enviado a Efe que, en su último día, los condenados a muerte ya no podrán elegir una comida especial, sino que recibirán la misma que el resto de los reos.
Livingston decidió suprimir "de inmediato" ese beneficio tras recibir una carta en la que el senador por Texas John Whitmire, presidente del Comité de Justicia Criminal del Senado, consideraba "extremadamente inapropiado" conceder a los reos tal "privilegio".
"Creo que las preocupaciones del senador Whitmire acerca de permitir a los condenados a muerte elegir su última comida son válidas", sostuvo Livingston en el comunicado.
La queja de Whitmire se produjo después de que Lawrence Russell Brewer, un racista radical condenado a muerte por el asesinato de un hombre negro, pidiera este miércoles antes de ser ejecutado en Texas una suculenta comida que ni probó.
Según el diario Houston Chronicle, Brewer, de 44 años, pidió para su última comida dos filetes de pollo frito, una hamburguesa triple con queso y tocino, una tortilla de queso, un tazón grande de quimbombó frito, tres fajitas, helado y una libra de carne a la parrilla con media barra de pan blanco.
Brewer, ejecutado con una inyección letal, había sido condenado a muerte por asesinar en 1998 a James Byrd Jr., un hombre de raza negra de 49 años a quien encadenó a la parte de atrás de su camioneta y arrastró hasta destrozar su cuerpo.
Texas, con 475, es el estado que más ejecuciones ha registrado desde 1976, cuando se restableció la pena de muerte en EEUU tras una moratoria de 10 años.
El gobernador de Texas y aspirante a la candidatura presidencial republicana para las elecciones de 2012, Rick Perry, es un convencido defensor de la pena de muerte.
La ejecución de otro reo, Troy Davis, anoche en Georgia, llevada a cabo pese a las dudas sobre su culpabilidad y el rechazo suscitado a nivel mundial, ha reabierto el debate sobre la aplicación de la pena de muerte en EEUU.