La estética nazi va mas allá de la iconografía acongojante trabajada sobre todo a partir del ingenio -puesto al servicio del Mal- del arquitecto del régimen Albert Speer, los uniformes diseñados por Hugo Boss o los diseños de las distintas armas usadas en la Segunda Guerra Mundial, desde la pistola Luger, a las distintas generaciones de Panzer, Tiger y demás carros, pasando por los diseños aeronáuticos de Willy Messerschmitt o el antiaéreo Flak 88', por mencionar algunos.
Es una estética de los simbolos, arraigado en una interpretación muy interesada de la Mitología que conecta con la Historia y la Ciencia, de ideas especialmente sugerentes en unos momentos concretos en los que la Humanidad no había visto aún el grado de barbarie al que podía llegarse llevando a sus últimas consecuencias este fenómeno.
El estudio del nazismo en España tiene a dos representantes especialmente lúcidos. Uno de ellos es Rosa Sala Rosé (Diccionario Crítico de Mitos y Símbolos del Nazismo, 2003) y otro es Ferrán Gallego (Todos los Hombres del Fürer, 2006). Son dos buenas aproximaciones al mundo de los significados en ese contexto, tan etéreo por un lado pero tan poderoso a la hora de conmover hacia la complicidad a tantos y de tan variadas circunstancias.
Porque, en el fondo, mi afán de estudio del nazismo se basa en una búsqueda de dificil resolución: ¿qué bagaje moral poseo que me garantice mi rectitud ante la barbarie nazi?.¿Hubiera sido un cobarde que mira para otro lado para evitar a los camisas pardas o un convencido creyente de esa bucólica Arcadia que prometían?. ¿En qué me diferencio de los millones que levantaron el brazo en aquellos tiempos?.
Leo y leo sobre el tema, para entenderlos a ellos y para buscar entenderme mejor a mí. Leo y leo sobre el tema como forma de aplazar la incómoda respuesta.
Este vídeo de la película Cabaret nos muestra la doble cara del nazismo: La satisfacción -a todos los niveles-de tener el privilegio de pertenecer al Volk y la violencia inherente a esta pertenencia.
¿Cuantos de nosotros y nuestros convecinos estaríamos libres de levantar el brazo? o, peor aún ¿estaría yo libre de levantar el brazo?
Sigo buscando datos como forma de no responder jamás a esa pregunta